PROHIBICIÓN
DE LOS TEXTOS CLÁSICOS EN LA EDAD MEDIA
De acuerdo a algunos escritos la etapa primera de la
literatura griega fue la tradición oral de padres a hijos. Con la invención de
la escritura fenicia en el siglo VIII a.C. se implementa la literatura escrita,
sin desterrar la literatura oral. Todo esto se dio con la intención de rescatar
y conservar las grandes obras literarias de Atenas, como fueron las de Homero y
Hesíodo.
Más tarde con la caída del Imperio Romano, siglo IV d.C.,
se da comienzo con una nueva etapa, la Edad Media. El Imperio Romano se divide en
dos: el griego en Oriente y el romano en Occidente. Durante esta etapa, el
Imperio Bizantino fue el custodio y continuador de la tradición griega.
Siendo este el preservador de la cultura griega, hizo
llegar a sus territorios a numerosos gramáticos, escribanos, traductores y
pensadores para traducir los escritos en griego al latín. En las Abadías y
Monasterios se realizaban los comentarios escolares y la actividad docente,
basándose en las obras literarias y, con ello mantenían vivo el mundo editorial
de los siglos IV-VI d.C.
Un hecho muy notable fue el cambio de la codificación de
los escritos del Papiro al Pergamino (más resistente), facilitando la difusión
de los libros en cadena, durante la Edad Media. Haciendo de la labor
filológica, una manera de conservar, recopilar y seleccionar los textos
originales y haciendo de ello una innovación de las técnicas editoriales.
Cuidando destacar su cuidada presentación y perfección externa, resaltando siempre
la vehemencia de estos códices.
En el transcurso del s. V d.C. la cultura griega fue
decayendo. Y en el año de 529 d. C. el Emperador Justiniano, colabora con el
triunfo de la religión cristiana y cierra la escuela de Atenas, considerada un
albergue del paganismo. Ahí empieza el desinterés de leer a los autores
clásicos y se produce una fractura de los autores clásicos. Durante los siglos
del Oscurantismo (s. VII y VIII d.C.), ni un traductor o escribano se interesó
en copiar los escritos griegos.
Desgraciadamente en el Siglo VII d.C. y tras el mandato de
Justiniano la cultura clásica se erradica temporalmente y el estudio y
conocimiento queda relegado solamente al ámbito de las Abadías y Monasterios. Y
aunque el Islam, después de la invasión árabe, estudió los textos clásicos y la
cultura griega, les interesó más el alcance científico y técnico de la
Antigüedad, que su literatura.
En el siglo IX d.C. se reorganiza la Universidad de
Constantinopla, hecho estratégico para la transliteración de los textos a
minúscula. También se manejó la letra cursiva que ayudó a los copistas y
traductores a agilizar este proceso y ahorrar mucho espacio en los manuscritos.
Las primeras obras transliteradas (s. IX-XI), fueron de carácter científico o
sagrado.
La comparación de textos fue el método más común en la
época Bizantina, donde Eustacio de Tesalónica fue su máximo representante. Lo
que el pretendía era trabajar constantemente en ello; añadir anotaciones y
márgenes necesarios a los textos. Este traductor valoraba sus obras y las
enriquecía con nuevas contribuciones a lo largo del tiempo.
Otro rasgo característico de las publicaciones bizantinas
fue la de distinguir y separar las palabras semejantes con sentido diferente
(homónimas), al igual de las correcciones de la ortografía, señalándolas con un
punto. Todo esto para seguir evitando los mismos errores, al transcribir los
escritos anteriores.
Toda esta gran labor fue conservada en los Monasterios, ya
que en la Edad Media los Religiosos tenían como tarea intelectual el cuidado de
las bibliotecas y fueron ellos quienes difundieron la copia de manuscritos, que
permitió salvar y guardar los textos clásicos.
A consecuencia de ello, muchos de ellos por proteger estos
escritos fueron culpados como herejes, por estar en contra de las normas de la
Iglesia. Para la Santa Inquisición todos los traductores especialistas en las
Obras Literarias Clásicas, eran cómplices de los libros prohibidos, libros
espiritualmente peligrosos y, por ello tenían que morir para purificar sus
almas.
No obstante, al prohibir los manuscritos de los grandes
filósofos, restringieron los conocimientos intelectuales y científicos. Lo que la
Iglesia quería evitar era que la humanidad tuviera acceso a ello, pues se creía
que los textos mataban el miedo y se desvanecía la fe; porque al tener miedo a
cosas malas, no habría necesidad de Creer en Dios y así declarar que todo lo
malo está permitido, a tal grado de burlarse de todas las cosas y del mismo
Dios.
Fuentes
de Información
Martínez, Á. Transmisión de la literatura griega.
Julio 04, 2017, de Campus Virtual ULL.
Sitio web:
Rabadán, A. Principales etapas de transmisión de los
textos griegos. Recuperado: Julio
03, 2017.
¡Excelente información! Me fue útil para mi tarea. Saludos y siga publicando más información de éste tipo.
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