lunes, 11 de marzo de 2019

PROHIBICIÓN DE LOS TEXTOS CLÁSICOS EN LA EDAD MEDIA


PROHIBICIÓN DE LOS TEXTOS CLÁSICOS EN LA EDAD MEDIA

De acuerdo a algunos escritos la etapa primera de la literatura griega fue la tradición oral de padres a hijos. Con la invención de la escritura fenicia en el siglo VIII a.C. se implementa la literatura escrita, sin desterrar la literatura oral. Todo esto se dio con la intención de rescatar y conservar las grandes obras literarias de Atenas, como fueron las de Homero y Hesíodo.

Más tarde con la caída del Imperio Romano, siglo IV d.C., se da comienzo con una nueva etapa, la Edad Media. El Imperio Romano se divide en dos: el griego en Oriente y el romano en Occidente. Durante esta etapa, el Imperio Bizantino fue el custodio y continuador de la tradición griega.

Siendo este el preservador de la cultura griega, hizo llegar a sus territorios a numerosos gramáticos, escribanos, traductores y pensadores para traducir los escritos en griego al latín. En las Abadías y Monasterios se realizaban los comentarios escolares y la actividad docente, basándose en las obras literarias y, con ello mantenían vivo el mundo editorial de los siglos IV-VI d.C.

Un hecho muy notable fue el cambio de la codificación de los escritos del Papiro al Pergamino (más resistente), facilitando la difusión de los libros en cadena, durante la Edad Media. Haciendo de la labor filológica, una manera de conservar, recopilar y seleccionar los textos originales y haciendo de ello una innovación de las técnicas editoriales. Cuidando destacar su cuidada presentación y perfección externa, resaltando siempre la vehemencia de estos códices.

En el transcurso del s. V d.C. la cultura griega fue decayendo. Y en el año de 529 d. C. el Emperador Justiniano, colabora con el triunfo de la religión cristiana y cierra la escuela de Atenas, considerada un albergue del paganismo. Ahí empieza el desinterés de leer a los autores clásicos y se produce una fractura de los autores clásicos. Durante los siglos del Oscurantismo (s. VII y VIII d.C.), ni un traductor o escribano se interesó en copiar los escritos griegos.

Desgraciadamente en el Siglo VII d.C. y tras el mandato de Justiniano la cultura clásica se erradica temporalmente y el estudio y conocimiento queda relegado solamente al ámbito de las Abadías y Monasterios. Y aunque el Islam, después de la invasión árabe, estudió los textos clásicos y la cultura griega, les interesó más el alcance científico y técnico de la Antigüedad, que su literatura.

En el siglo IX d.C. se reorganiza la Universidad de Constantinopla, hecho estratégico para la transliteración de los textos a minúscula. También se manejó la letra cursiva que ayudó a los copistas y traductores a agilizar este proceso y ahorrar mucho espacio en los manuscritos. Las primeras obras transliteradas (s. IX-XI), fueron de carácter científico o sagrado.

La comparación de textos fue el método más común en la época Bizantina, donde Eustacio de Tesalónica fue su máximo representante. Lo que el pretendía era trabajar constantemente en ello; añadir anotaciones y márgenes necesarios a los textos. Este traductor valoraba sus obras y las enriquecía con nuevas contribuciones a lo largo del tiempo.

Otro rasgo característico de las publicaciones bizantinas fue la de distinguir y separar las palabras semejantes con sentido diferente (homónimas), al igual de las correcciones de la ortografía, señalándolas con un punto. Todo esto para seguir evitando los mismos errores, al transcribir los escritos anteriores.

Toda esta gran labor fue conservada en los Monasterios, ya que en la Edad Media los Religiosos tenían como tarea intelectual el cuidado de las bibliotecas y fueron ellos quienes difundieron la copia de manuscritos, que permitió salvar y guardar los textos clásicos.

A consecuencia de ello, muchos de ellos por proteger estos escritos fueron culpados como herejes, por estar en contra de las normas de la Iglesia. Para la Santa Inquisición todos los traductores especialistas en las Obras Literarias Clásicas, eran cómplices de los libros prohibidos, libros espiritualmente peligrosos y, por ello tenían que morir para purificar sus almas.

No obstante, al prohibir los manuscritos de los grandes filósofos, restringieron los conocimientos intelectuales y científicos. Lo que la Iglesia quería evitar era que la humanidad tuviera acceso a ello, pues se creía que los textos mataban el miedo y se desvanecía la fe; porque al tener miedo a cosas malas, no habría necesidad de Creer en Dios y así declarar que todo lo malo está permitido, a tal grado de burlarse de todas las cosas y del mismo Dios.





Fuentes de Información

Martínez, Á. Transmisión de la literatura griega. Julio 04, 2017, de Campus Virtual ULL.
Sitio web:

Rabadán, A. Principales etapas de transmisión de los textos griegos.  Recuperado: Julio 03, 2017.







1 comentario:

  1. ¡Excelente información! Me fue útil para mi tarea. Saludos y siga publicando más información de éste tipo.

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